Visitando Agroferias Campesinas me encontré con un puesto que vendía berries de temporada. Unos llamaron mi atención, tenían forma de blueberries pero eran pequeñitos como sauco.
"Son arándanos silvestres de la sierra de Huánuco" - me dijo la casera - "Son arándanos andinos que crecen a 3400 msnm".
Inmediatamente me puse a conceptualizar qué postre podía preparar, donde los arándanos sean protagonistas. Frescos, de preferencia, que si fuese en compota o cocidos no se apreciarían lo tiernos que son.
Pensé en hacer el cheesecake menos gringo que se me ocurriese. Una base de harina de cañihua, de textura rústica y sabor achocolatado, le daba mucha personalidad e identidad andina.
Para finalizar, en lugar de la clásica mermelada, bañar con miel floral de Oxapampa. Para seguir con la línea de sabores, unas hojas de menta o muña, y flores que se le ven bien.
Ingredientes
(para un molde de 25 cm, 6-8 porciones)
- 1 1/2 receta de cheesecake horneado
- 150 gr Miel
- Hojas frescas de menta o muña
- Hojas secas de lavanda
Para la masa brisé de cañihua
- 1 tz Harina de cañihua (75 gr)
- 1/4 tz Harina pastelera
- 50 gr Mantequilla fría
- 4 cdas Agua
Preparación
- Hacer un enarenado con las harinas y la mantequilla, luego agregar el agua de a pocos y amasar. Colocar en medio de dos bolsas y estirar. No es necesario dejar reposar porque casi no contiene gluten pero sí tener paciencia porque es bastante quebradiza.
- Acomodar en un molde engrasado y con papel manteca. Forrar con la masa (puedes hacer bordes o solo cubrir la base) y verter la mezcla de cheesecake. Hornear a baño maría.
- Enfriar, llevar al refrigerador y desmoldar.
- Verter miel, esparcir los arándanos y decorar con hojas.
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